lunes, 25 de noviembre de 2013

Juan Antonio Avilés Sánchez. Un maestro de la fotografía en Huéscar.

Ángel de Semana Santa y niña (ca 1930). AHMH

Examinando el contenido del pequeño archivo fotográfico, que se va formando en las instalaciones de este Archivo Histórico Municipal, observamos que gran parte de los trabajos tienen un origen familiar, esto es, dichas imágenes fueron realizadas en diferentes años por distintos miembros de una saga familiar que, dedicada durante varias décadas al arte de la fotografía en esta tierra plasmaron las más variopintas situaciones y a los más variopintos personajes que por aquí se movían. Nos estamos refiriendo a la familia Avilés.

Autorretrato (ca 1940). AHMH

Inició esta saga familiar Juan Antonio Avilés Sánchez, considerado hoy día por los entendidos como uno de los fotógrafos españoles más destacados, y a la vez desconocido, de la primera mitad del siglo XX. Continuaron con su estudio, de manera profesional, sus hijos, Mercedes, Antonio, su sobrino Apolonio y finalmente su nieta Amparo.

Juan Antonio Avilés había nacido en 1886 en la calle Cartagena de Casas de Tallante, pedanía de la ciudad de Cartagena (Murcia). Trasladose, a los pocos años, su familia al cercano pueblo de La Unión, localidad en donde conocería a Ángel Martínez que en 1896 contaba con un estudio fotográfico cuya máxima era “La casa donde salen guapísimas hasta las feas”. Así pues, es en los primeros años del nuevo siglo cuando Juan Antonio empezaría a trabajar como aprendiz de Ángel Martínez, con quien mantuvo una gran amistad hasta su muerte.

Juan Antonio Avilés Sánchez con su maestro Ángel Martínez (ca 1910).     AHMH

En dicho estudio se inicia en todos los campos de la fotografía, desde el retrato de galería hasta el reportaje. De esta época se le conocen algunos trabajos en los que evidencia sus ganas de aprender y experimentar. En 1907 marcha a Barcelona para la realización de su servicio militar y allí visitará el estudio de L. Cassignol. A su regreso, ya como empleado, sigue trabajando en el estudio de Ángel Martínez realizando todo tipo de encargos que lo obligaron a desplazarse a zonas distantes de Cartagena. Uno de estos trabajos lo trajo hasta la ciudad de Baza y es en 1915 cuando ya se encuentran datos fehacientes de que tiene un estudio propio en la calle Álhóndiga. Desde aquí su campo de acción se extendió por toda la zona y tan pronto realizaba trabajos en Galera, Huéscar o Castril como trabajaba en su estudio, donde disponía de una galería acristalada en el último piso para aprovechar la luz natural. Utilizaba cámaras de gran formato (18 x 24) con óptica Zeiss en el estudio y de formato (13 x 18), en los reportajes de calle. Prefirió siempre la luz natural, aunque, como es lógico, en otras ocasiones hubo de utilizar el magnesio.

La moda elegante (ca 1920). AHMH

En este escenario halló Juan Antonio una gran oportunidad para desarrollar su trabajo. Por su estudio pasaron niños, ancianos, familias enteras, bandas de música y grupos de diversa índole. Trabajaba en actos socales, bodas, fiestas y acontecimientos populares. Como dice Antonio Teruel Mallorquín en su trabajo “Avilés. 1886-1945. Fotógrafo del Altiplano” “a buen seguro, llegó a disponer de un archivo que, de no haberse perdido, habría sido una fuente documental y artística de una importancia extraordinaria”.

En 1931 inicia su actividad como colaborador de prensa en ABC, Blanco y Negro y posteriormente en Ideal de Granada y Patria, entre otros.

Es a finales de 1935, sin que se sepan los motivos, cuando, junto a su familia, se traslada a vivir a esta ciudad de Huéscar, abriendo su estudio en el actual Paseo de Santo Cristo de donde se trasladará definitivamente, a la calle Nueva, frente al Ayuntamiento.


Colegio Nuestra Señora del Carmen, regido por las Monjas de la Consolación (ca 1940).    AHMH

Durante la Guerra Civil siguió ejerciendo la fotografía, usando el trueque como moneda de cambio y, así pagaba a la casa Valca de Barcelona el escaso material que le era suministrado. Finalizada ésta volvió a su labor fotográfica. A esta época pertenece la serie de obras más conocidas, de un gran interés histórico, de las que unas pocas llevan viajando varios años por toda Europa en una magna exposición titulada “Fotografía y sociedad en la España de Franco. Las fuentes de la Memoria III”. Dicha exposición constituye la tercera parte de un ambicioso proyecto comenzado por la Editorial Lunwerg y el Ministerio de Cultura de España con el objetivo de analizar por primera vez la historia de la fotografía española y sus relaciones con la realidad social, económica y cultural del país. Dicha exposición presentaba 136 obras de colecciones públicas y privadas, reunidas por el comisario Publio López Mondéjar.

Presos y autoridades en la prisión de Santo Domingo (1940). A. H. M. H.

Llegada de los "Caidos" a Galera (ca 1941). AHMH

Reparto de comida a los vecinos de las cuevas de Barrio Nuevo (ca 1945). AHMH

Reparto de la merienda a los niños, en las cocheras de la calle Nueva (ca 1945). AHMH

Comunidad del Asilo de Ancianos de Hermanitas de los Pobres con el Párroco y el Alcalde (ca 1945). AHMH

Juan Antonio Avilés Sánchez fallece el 7 de diciembre de 1945.


Agradecimiento

En fechas recientes, Mercedes Avilés, su hija, ha tenido a bien el regalar al fondo fotográfico de este Archivo Histórico Municipal, la reproducción de algunas de las fotografías realizadas por su padre. Desde aquí le expresamos públicamente nuestra gratitud.


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Fuentes:

A. H. M. Huéscar. Fondo: Archivo fotográfico Mercedes Avilés Jiménez.

López Mondéjar, Publio: “Photographie et societé Dans l´Éspagne de Franco. Les sources de la Mémoire III”. Barcelona, Madrid: Lunwerg Editores, 1996

Teruel Mallorquín, Antonio (dirección): “Avilés, 1886-1945. Fotógrafo del Altiplano”. Castril: Ayuntamiento, 2009.





viernes, 8 de noviembre de 2013

La fotografía toledana de Casiano Alguacil y su referencia a Huéscar.


Toma de Huéscar(en una imagen reciente). A.H.M.H.

Cuando hablamos de fotografía, no sólo lo hacemos de unas imágenes, de una técnica o de unos artilugios o máquinas que nos permiten reproducir algo que observamos. La fotografía también es “Historia” y, como tal, quien nos la cuenta es el fotógrafo. Podemos aseverar con toda rotundidad que Huéscar nunca ha sido ajena a ella y ya desde sus inicios, hacia mediados del siglo XIX, tuvo la oportunidad de ser reflejada en las primeras placas de vidrio.

Por ello, entre la diversa labor de recopilación de información, que se está llevando a cabo, desde este Archivo Histórico Municipal, una es la de solicitar a todos aquellos que así lo deseen nos permitan digitalizar las imágenes que poseen para ir incorporándolas a este Archivo en su sección de Fotografía. Tenemos la inmensa suerte de que poco a poco la generosidad de muchos hace que vayan llegando a nuestras manos imágenes de exquisita belleza, de inusitado interés o de asombroso testimonio: unas donadas, otras prestadas. En este punto, y así lo habrán comprobado ustedes, cada vez que hacemos alguna entrada en este cuaderno (o Blog) se lo agradecemos a nuestros benefactores "de corazón" pues sin ellos esta labor nos sería harto difícil.

De la vida y obra de quienes las realizaron tenemos algunas dudas razonables cuando desconocemos fehacientemente su autoría, no así cuando el fotógrafo ha vivido entre nosotros, ha dejado su impronta durante varias generaciones o los propietarios recuerdan quien las realizó. Otra forma de acceder a estas imágenes es aprovechando la generosidad de aquellos otros que, por su inquietud personal, profesional o institucional, a su vez, también comparten con nosotros las imágenes que ellos poseen. Este es el caso del Archivo Municipal de Toledo, de donde hoy les vamos a presentar algunas.

De todos es conocido que aquella antigua e Imperial Ciudad posee una no menos grandiosa Catedral, de magnífica factura y belleza, donde en su interior acoge, entre otros, un magnífico grupo escultórico como lo es su Coro. Dentro de él, nuestro pueblo está representado en una de sus tallas, obra del maestro Rodrigo Alemán, entallador, que fue contratado un año después de la reconquista de Huéscar, en 1489, por el Cardenal Mendoza, Arzobispo de Toledo, y que acabó esta obra en 1495.

Retrato del fotógrafo Casiano Alguacil

La primera referencia fotográfica que nos consta de dichas tallas, según Mariano García Ruipérez, Archivero municipal de Toledo, la realiza Casiano Alguacil que “…está considerado como uno de los mejores fotógrafos de Castilla-La Mancha en la segunda mitad del siglo XIX, y como el fotógrafo de Toledo por excelencia. Sus fotografías se datan básicamente entre principios de la década de 1860 y primeros años del siglo XX. Durante esos cuarenta años sus inquietudes artísticas le llevaron a reproducir detalladamente la Catedral de Toledo, las calles y plazas de la ciudad, así como algunos de sus conventos e iglesias (caso de San Juan de los Reyes). También reprodujo libros de la colección Borbón-Lorenzana, hoy en la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha, cuadros de El Greco..., bien para venderlos a particulares en su Museo Fotográfico, existente ya en 1866, o por encargo de instituciones como la Comisión de Monumentos”.

Reja de entrada al Coro de la Catedral de Toledo. A.M.Toledo

Vista parcial del Coro de la Catedral de Toledo. A.M.Toledo

Toma de Vera (izquierda) y entrada a la villa de Huéscar (derecha). Imagen realizada en la segunda mitad del siglo XIX. A.M. Toledo

El Ayuntamiento de Toledo, a través de su Archivo Municipal, que conserva hoy la mayor parte del legado de este artista, ha querido ofrecer a todos los interesados una copia de las imágenes de este fondo fotográfico a través de la web municipal. Ojalá algún día no muy lejano nosotros podamos imitarles en esta labor de difusión.

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Fuentes: http://www.ayto- toledo.org/archivo/imagenes/fotos/casiano/Arquitectura/Edificos%20Religiosos/Catedral%20-%20Interior/Coro/ca.asp

http://norogaca.blogspot.com.es/2011/10/casiano-alguacil-el-gran-fotografo.html