jueves, 15 de marzo de 2012

1812-2012 el Bicentenario de "La Pepa" y Domingo Dueñas y Castro.






(*) Imágenes obtenidas de la copia digitalizada, del original de la Constitución de Cádiz de 1812, guardado en el Archivo del Congreso de los Diputados (http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/ConstEsp1812_1978/Const1812).



Las CORTES de CÁDIZ.

“…Una gran novedad, una hermosa fiesta había aquel día en la Isla. Banderolas y gallardetes adornaban casa particulares y edificios públicos, y endomingada la gente, de gala los marinos y la tropa, de gala la Naturaleza, a causa de la hermosura de la mañana y esplendente claridad del sol, todo respiraba alegría. Por el camino de Cádiz a la Isla no cesaba el paso de diversa gente, en coche y a pie, y en la plaza de San Juan de Dios los caleseros gritaban, llamando a los viajeros: <<¡A las Cortes, a las Cortes!>>.

Parecía aquello preliminar de función de toros. Las clases todas de la sociedad concurrían a la fiesta, y los antiguos baúles de la casa del rico y del pobre habíanse quedado casi vacíos…

…Nobleza, pueblo, comercio, milicia, hombres, mujeres, talentos, riqueza, juventud, hermosura, todo, con contadas excepciones concurrió al gran acto, los más por entusiasmo verdadero, los menos por curiosidad, otros porque habían oído hablar de las Cortes y querían saber lo que eran…

Cuando llegué a la Isla, las calles estaban intransitables por la mucha gente. En una de ellas la multitud se agolpaba para ver una procesión. En los miradores apenas cabían los ramilletes de las señoras; clamaban a voz en grito las campanas, y gritaba el pueblo y se estrujaban hombres y mujeres contra las paredes, y los chiquillos trepaban por las rejas, y los soldados, formados en dos filas, pugnaban por dejar el paso franco a la comitiva. Todo el mundo quería ver, y no era posible que vieran todos.

Aquella procesión no era una procesión de santas vírgenes, ni de reyes, ni de príncipes, cosa en verdad muy vista en España para que así llamara la atención: era el sencillo desfile de un centenar de hombres vestidos de negro, jóvenes unos, otros viejos, algunos sacerdotes, seglares los más. Precedíales el clero, con el infante de Borbón de pontifical y los individuos de la Regencia, y les seguía gran concurso de generales, cortesanos antaño y hoy del pueblo, altos empleados, consejeros de Castilla, próceres y gentileshombres, muchos de los cuales ignoraban que era aquello.

La procesión venía de la iglesia mayor, donde se había dicho solemne misa y cantado un Te Deum. El pueblo no cesaba de gritar, ¡Viva la Nación!, como pudiera gritar <<¡Viva el Rey!>>, y un coro que se había colocado en cierto entarimado detrás de una esquina entonó el himno, muy laudable sin duda, pero muy malo como poesía y música, que decía:

Del tiempo borrascoso
que España está sufriendo
va el horizonte viendo
alguna claridad.
La aurora son las Cortes,
que con sabios vocales
remediarán los males
dándonos la libertad…”. (*)

(*) Pérez Galdós, Benito: “Cádiz”. Madrid: Historia 16, 1993. (Cap. 8. Episodios Nacionales, 10).

Habiéndose disuelto el Gobierno de la Nación por la invasión de los franceses en Andalucía, se reunieron, en la isla de León, Cortes extraordinarias el 24 de septiembre de 1810, y se trasladaron a Cádiz el 20 de febrero de 1811. Allí, bajo la presidencia del Obispo de Orense, en la iglesia de San Felipe Neri, se votó la Constitución de la monarquía española, promulgándose el día 19 de marzo de 1812. Fue bautizada por el pueblo como "La Pepa".



Elección de Domingo Dueñas y Castro.

El 1 de enero de 1810 la Junta Suprema Central realizó la convocatoria para la reunión de Cortes Generales y para la elección de diputados. El 21 de enero tuvo lugar en Granada la designación de electores parroquiales para tomar parte en la votación de diputados, en un momento en que los franceses cercaban ya peligrosamente la ciudad, con lo que el proceso no pudo consumarse. Pero de acuerdo con el decreto de la Regencia, de 18 de agosto, los vecinos o naturales de las provincias que no hubiesen podido elegir diputados y que residieran en Cádiz o en la Isla de León, deberían alistarse para elegir entre quienes reunieran las cualidades necesarias, diputados suplentes que representaran estos territorios en las Cortes, a razón de un diputado suplente por provincia, cuyo mandato quedaba establecido hasta el momento en que pudieran incorporarse los titulares. De las papeletas de los 51 electores inscritos originarios del reino de Granada se obtuvieron siete compromisarios y el 21de septiembre fue elegido por éstos como diputado suplente del Reino de Granada Domingo Dueñas y Castro, que prestó juramento tres días después. Se le otorgó su poder el 22 de septiembre, al día siguiente fue ratificado por la Comisión de Poderes y juró su cargo el día 24.

Tan menguada representación granadina, se completó, en virtud de la instrucción de la Regencia de 8 de septiembre, con la elección el 17 de noviembre de 1810 de dos nuevos diputados propietarios por el Reino de Granada: Antonio Alcayna y Guirao, cura de Cuevas de Vera y Antonio Porcel Ruiz Fernández Ballesteros. Al quedar la ciudad liberada de tropas francesas, en septiembre de 1812, Granada completó su representación en las Cortes eligiendo entre el 21 de febrero y el 2 de marzo de 1813 otros diez diputados propietarios que fueron incorporándose a las mismas a partir del 28 de abril de aquel mismo año. Ello no impidió que Domingo Dueñas y Castro continuara ejerciendo su representación durante lo que restó de mandato a aquella legislatura, que fue poco, porque por aquellos mismos días se procedió a la convocatoria de Cortes ordinarias. Las elecciones en el Reino de Granada se verificaron entre el 18 y el 21 de abril, resultando elegidos diez diputados titulares y tres suplentes. Las elecciones provocaron en Granada una cierta tensión por el origen de algunos Diputados, la edad de otros y por el hecho de no haber sido elegido diputado Domingo Dueñas, que como suplente había representado eficazmente al Reino de Granada en las Cortes de 1810. El cese efectivo de Dueñas se produjo el 20 de septiembre de 1813, cuando tomaron posesión los diputados que formaron las Cortes ordinarias. Dueñas ostentó, por consiguiente, la representación del Reino de Granada en las primeras Cortes de Cádiz, como diputado suplente, desde el 21 de septiembre de 1810 hasta el 20 de septiembre de 1813. (2)

Exposición.

De modo testimonial y durante estos días, en el Ayuntamiento, se han expuesto una serie de documentos, pertenecientes al Archivo Municipal, que recorren sucintamente los avatares vividos por esta Constitución y uno de sus redactores, nuestro paisano Domingo Dueñas y Castro.

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(2) Fuentes y bibliografía

A.H.N. Hacienda 527, exp. 42; Justicia. Mag. Jueces 4390, exp. 2286.

GALLEGO Y BURÍN, A. Granada en la Guerra de la Independencia. Granada: Tip. de El Defensor, 1923. Edición facsímil, Granada: Universidad de Granada, 1990.

PALANCO ROMERO, J. “La Junta Suprema de Gobierno de Granada”, Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 1911, tomo I, pp. 109-121, 186-196, 279-287; 1912, tomo II, pp. 40-50, 129-144.

VIÑES MILLET, C. Granada ante la invasión francesa. Granada: Ayuntamiento, 2004.

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Autor: Manuel Titos Martínez

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