sábado, 28 de abril de 2012

“Educación y Libros en Huéscar: ¿Cien años o más?”

Con motivo de la 1ª Feria del Libro, celebrada en Huéscar, del 21 al 24 de abril de 2012, por este Archivo Municipal, se ha preparado una pequeña muestra o exposición, titulada: ”Educación y Libros en Huéscar: ¿Cien años o más?”.


Utilizando como cartel un detalle del texto recogido en el documento “Ordenanzas de la ciudad de Huéscar de 1526”, se procede a presentar la evolución de la educación en Huéscar con imágenes de los documentos custodiados en el Archivo Municipal -desde el año de 1616 hasta mediados del siglo XX- y algunos de los textos utilizados, en los siglos XIX y XX, por los maestros y niños en dichas escuelas.

“La educación de las clases populares españolas hasta mediados del siglo XIX estaba basada principalmente en las fuentes orales. En una sociedad mayoritariamente agraria con tasas de analfabetismo muy elevadas, las aleluyas, junto con los romances, estampas y otras ediciones populares, ofrecían una formación rudimentaria a los lectores menos instruidos, tanto adultos como niños, dándoles conocimientos muy básicos de historia, arte, política, personajes ilustres, romances, etc”.

Mientras, en las escuelas, se adquiere una formación bajo el tutelaje de los maestros que harán llegar al alumno esos conocimientos que le permitirán acceder a estudios superiores o servir de referente y ayuda para aquellos que no han tenido la oportunidad de ir:

“...Yo les dije que quería aprender virtud resueltamente, e ir con mis buenos pensamientos adelante; y así, que me pusiesen a la escuela, pues sin leer ni escribir no se podía hacer nada...”. (cap. 1º)

“A otro día ya estaba comprada cartilla y hablado al maestro. Fui, Señor, a la escuela; recibióme muy alegre, diciendo que tenía cara de hombre agudo y de buen entendimiento. Yo con esto, por no desmentirle, di muy bien la lición aquella mañana...”. (cap 2º)

(*) Quevedo, Francisco de: “Historia de la vida del Buscón llamado Don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños o Historia y vida del gran tacaño”. En “Obras satíricas y festivas”. Madrid: Ibéricas, 1958.

Los numerosos trabajos y publicaciones que analizan de una forma global o parcial los hechos relacionados con la Educación en España nos dan una visión aproximada de una realidad que nos suena muy conocida y cercana. En Huéscar tenemos la gran fortuna de que el ámbito educativo está documentado, en mayor o menor medida, en el Archivo Municipal, desde inicios del siglo XVI, permitiéndonos afirmar, como dicen nuestros mayores, que: “desde antiguo hay escuelas, ¡eh!”.

Lo de “¿Cien años o más?” viene a colación de que el próximo mes de mayo termina el centenario de la Escuela Graduada, en la que, el posteriormente bautizado como Colegio Cervantes, tiene el privilegio de ser uno de los primeros instaurados en España, en esta modalidad.

Y… si hay escuelas, hay maestros; y si hay maestros, hay niños; y si hay niños, hay libros para ayudar en su formación.

Respecto a estos últimos tampoco nos quedamos atrás. Se han documentado varios protocolos notariales del siglo XVI y XVII en los que se da noticia de algunas bibliotecas personales con cierta entidad para esas fechas.

“…A sus discípulos dan los maestros instrucción, consejos, reglas de vida, enseñanzas útiles, preceptos saludables, ejemplos dignos de imitación, y en cambio de ese caudal de ideas y de sentimientos que forma el espíritu de los niños, éstos deben a sus maestros respeto, amor y obediencia. Deben los niños respetar a sus maestros, como mayores en edad, saber y experiencia, y porque, ejerciendo su autoridad en nombre de la sociedad misma, tienen derecho al más profundo respeto. Deben los niños amar a sus maestros, porque éstos no solamente cumplen con ellos un penoso deber, sino que ejercen una misión voluntaria y la desempeñan con gusto, con vocación, con buen deseo y con abnegación”.

(**) “73. Deberes para con los maestros”. En “Tesoro de las Escuelas”. Madrid: Saturnino Calleja, s.a.

El papel de los Ayuntamientos y el Estado.


El papel de las administraciones locales en la creación y sostenimiento de las escuelas primarias, salarios de maestros,... era común en los siglos XVI, XVII y XVIII. También eran frecuentes las quejas de vecinos y maestros ante los ayuntamientos por los problemas relacionados con el impago de salarios, la falta de aulas o maestro, la escasez de material, etc.

La existencia de escuelas en los primeros años del siglo XX, aún, no se daba por igual en los diferentes municipios de España, existiendo de media una sola escuela para niños en casi todos ellos y ninguna para niñas en bastantes.

En nuestro país, la primera ley que aborda con carácter general la Educación Primaria es la llamada Ley Moyano, de 1857, declarando obligatoria la enseñanza primaria.

A finales del siglo del siglo XIX, el interés de los regeneracionistas por el tema de la educación, llevó a los políticos a la creación del Ministerio de Instrucción Pública en el año 1900, encargándose el Estado de pagar el salario de los maestros.

La arquitectura escolar.


Los modernos edificios escolares no tienen nada que ver con las antiguas escuelas, pequeños espacios en los que se apiñaba un número elevado de alumnos, sin las mínimas condiciones de salubridad e higiene. Eran simples habitaciones de viviendas particulares (en bastantes ocasiones, cuadras y cámaras), con humedad, ventanas pequeñas y sin aseos, con una simple estufa de leña –cuando existía- y braserillas individuales que llevaban los alumnos para calentarse los pies.

En 1910, el conde de Romanones, primer ministro de Instrucción Pública de nuestro país, relataba que de un total de 25.000 escuelas existentes en nuestro país, más de 10.000 se encontraban en locales alquilados, muchos de ellos colindantes con espacios destinados a otros usos públicos: cárceles, hospitales, cementerios, mataderos, cuadras, salones de baile o cafés.

El mobiliario de las escuelas y los libros utilizados.


El mobiliario escolar no gozó de un diseño centralizado hasta finales del siglo XIX y principios del XX. Por ello, en cada pueblo o escuela había bancos o mesas de distinto tipo, siendo los carpinteros de los pueblos los que diseñaban su propio modelo. No obstante, en determinados lugares, por parte de algunos inspectores se dictaban normas sobre cómo debía ser el mobiliario escolar.

Con los libros utilizados sucede algo parecido, por ello, es muy fácil el hallar numerosos manuales, exteriormente distintos los unos de los otros, aunque con contenidos muy similares que poco a poco van unificándose.

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(***) Algunos textos tomados de http://www.museodelnino.es/.

Vista general de Huéscar, hacia 1915.

Mandamiento del Licenciado Peñalosa, alcalde mayor, para que el alguacil apremie a los padres de los niños contenidos en cierta relación a que envíen a sus hijos a la escuela de Bartolomé de Arrabales. (Huéscar, 4 de febrero de 1516). A. M. H.

Petición de Pedro de Liétor, maestro en la ciudad de Huéscar, al concejo de dicha ciudad, de un salario para manutención de su familia o el alquiler de una casa donde pueda ejercer su oficio. (Huéscar, 27 de junio de 1523).  A. M. H.

Ordenanzas de la ciudad de Huéscar. Título 34: Título dela dotrina de los cristianos nuevos. (Huéscar, s.d., s.m., de 1526). A. M. H.


(Detalle al margen) "Que los maestros hagan padrón de los niños y que la justicia los apremie a ir a leer y aprender".

Carta de Martín de Robles Ruiz, maestro del seminario de esta ciudad, dando aviso de que la pared del cuarto donde se enseña a los niños se está cayendo. (Huéscar, 18 de julio de 1633). A. M. H.

Carta de pago a Juan Martínez Ronquillo, maestro de latinidad, del colegio seminario de esta ciudad. (Huéscar, 22 de mayo de 1654). A. M. H.

Primeras páginas del Reglamento General de Instrucción Pública decretado por las Cortes en 29 de junio de 1821. (Reimpreso en Granada en 1822). A. M. H.

Clase y alumnos de la Escuela Graduada. Huéscar, c.a. 193_ - 194_.

Don Joaquín Fernández, alcalde de Huéscar, entrega a Don José Morote el bastón de alcalde honorario por las múltiples gestiones realizadas en favor de los pueblos de la comarca de Huéscar. (Barcelona, c.a. 1915). A. M. H.  

Lápida que presidió durante muchos años la fachada de la Escuela Graduada, posteriormente conocida como Colegio Cervantes. A. M. H.

Carta autógrafa de Don Natalio Rivas, dirigida al alcalde Don Manuel Rodríguez Penalva, contestando al oficio de agradecimiento, por parte del Ayuntamiento de Huéscar, por las eficaces gestiones realizadas en favor de la creación de la Escuela de Artes de Huéscar.
(El Escorial, 15 de septiembre de 1947). A. M. H. 

Primera Memoria de las actividades realizada por la Escuela de Artes de Huéscar. (Huéscar, s.d., s.m., 1950). A. M. H.

Don Pascual Dengra y sus alumnos en su escuela de la calle de las Francesas.
(Huéscar, c.a. 1923). A. M. H.

Dibujo de la clase de Don Pascual Dengra en la calle de las Francesas. (Huéscar, c.a. 194_). A. M. H.

Clase de Doña Sara Cruz en la calle de la Noguera. (Huéscar, c.a. 1933). A. M. H.

Alumnos y maestros junto a la iglesia de San Isidro, en las cuevas de Barrio Nuevo. (Huéscar, c.a. 194_). A. M. H.

Visita, del Sr. Obispo auxiliar de Toledo, al colegio de Nuestra Señora de la Consolación, en calle de San Cristóbal. (Huéscar, c.a. 195_). A. M. H.

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Nuestro agradecimiento a todas esas personas (Anita, Jaime, Pepe, ...) que nos van haciendo llegar al Archivo Municpal, día a día, esas imágenes de antaño, con las que vamos ilustrando estas páginas.

3 comentarios:

  1. Ah, por cierto... mi visita es la número 8888 ... digo yo que me merecería algún premio... o similar no?
    Que siga Vd. así y en esta línea está dando en el clavo. Muy interesantes las entradas que se van añadiendo a este cuaderno de su buen hacer en el Archivo Municipal. Que Dios se lo pague en hijos.
    Saludos.

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  2. Creo que este blog se puede considerar una Escuela de historia de Huéscar.
    Ánimo y a seguir con esta labor educativo-formativa.
    Gracias por esta forma tan amena de enseñar.

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