domingo, 27 de mayo de 2012

Flores poéticas dedicadas a las Santas Mártires NUNILÓN y ALODÍA, patronas de Huéscar y Puebla Don Fadrique, por Juan María Guerrero de la Plaza, Maestro de Capilla y Organista de la Parroquia de Santa María

Don Saturnino Calzadilla y Martín en su obra “La sombra de Zoraya. Ensayos poéticos” (1), de 1870, nos da unas notas sobre la poesía de Don Juan María Guerrero, en el poema titulado “En las fiestas de Huéscar a sus Santas Patronas Nunilón y Alodía”, que dice así:

“Es tierno y conmovedor el ver un pueblo, lleno de entusiasmo religioso, formando un solo grupo y guiado por el mismo resorte, marchar cerca de tres leguas para traer en hombros a sus Santas Patronas, cuyo templo se halla oculto entre las escabrosidades de montañas que ocultan sus cimas entre vistosos pabellones de nubes. Préstale sombra el árbol gigantesco de nuestros montes, y las palomas silvestres arrullan aquellas soledades, dignas de la elegante pluma de Bernardino de Saint Pierre. Las águilas reales se mecen sobre abismos, y el ciervo pasa precipitadamente por medio de los valles para ocultarse entre las malezas de sus bosques.

La alegría se pinta en todos los semblantes al escuchar el mágico sonido de la campana, que anuncia a los Hoscenses la llegada de sus ángeles tutelares a las puertas de la Ciudad. En el tiempo en que esto sucede, el campo está cubierto de flores; todo sonríe animado con la fiesta, y un sol meridional derrama torrentes de luz sobre valles tan deliciosos y suaves como los más amenos del Tempe de la Grecia, tan celebrados en la historia y en la mitología clásicas. Los gritos de júbilo se confunden con las lágrimas del sentimiento religiosos, y entre nubes de incienso suben hasta el cielo las plegarias de un pueblo entusiasmado, que viste sus mejores galas, para recibir dignamente a las dos Vírgenes hermanas que acogen sus votos y derraman sobre él los inmensos tesoros de sus beneficios.

Estas fiestas solemnísimas que la ciudad de Huéscar tributa a sus santas Patronas, están muy bien descritas en bellísimos versos, por D. Juan María Guerrero y Plaza, joven que reúne el talento a la modestia, pero que nunca le perdonarán sus compatriotas el que haya abandonado tan pronto la lira del sentimiento”.

En 1906, bajo la dirección del Arcipreste y cura Párroco de Santa María de la ciudad de Huéscar, el Licenciado Don Victoriano Vera Carrillo, se imprime –corregida y aumentada- una nueva edición de la “Novena y Flores poéticas dedicada a las Santas Vírgenes y Mártires Nunilón y Alodía, Patronas de la Ciudad de Huéscar y Villa de Puebla Don Fadrique que se veneran en la Iglesia Parroquial de su nombre al pie de la Sagra (Provincia de Granada)”. En este nuevo impreso se incluyen al final las llamadas “Flores Poéticas” escritas por Don Juan María Guerrero de la Plaza -por aquel entonces, Maestro de Capilla y Organista de la Parroquia de Santa María de Huéscar-.

Don Gonzalo Pulido Castillo -en sus siempre exquisitos y sentidos trabajos sobre todo lo que concierne a las costumbres y tradiciones de esta su tierra adoptiva-, en el artículo “Las Santas Alodía y Nunilón en la literatura y en la Música oscenses”, nos lo describe como sigue:

“…Juan María Guerrero tomó la secular tradición poética y musical sobre Alodía y Nunilón y le dio una categoría artística desconocida hasta entonces –siglo XIX-. La importancia de la obra de Guerrero hizo que cayeran en el olvido otras manifestaciones anteriores a las que relegó en el favor popular.

Pieza fundamental es el poema a “A nuestras Santas Patronas”, que recoge una gran parte del legado poético de Guerrero en el tema que nos ocupa. Aunque cada una de sus partes pudo ser escrita en diferente época, el poema tiene una cierta unidad de inspiración. Fue publicado en 1906 (aunque algunos versos habían sido escritos cincuenta años antes) en un folleto que contenía además de la novena a las Santas, y, posteriormente, en 1913, dentro del volumen titulado “Hojas dispersas”, en el que Bruno Portillo recogió la obra poética de Guerrero, en homenaje póstumo al célebre poeta y músico.

¡Oh tú, Huéscar dichosa, porque fuiste
cuna de Nunilón y Alodía!.
¡Tú que al verdugo sus cabezas viste
del cuerpo separar con saña impía!.
¡Y tú otra vez feliz, porque tuviste
en ellas protección, en ellas guía!.
¿Quién como tú feliz, que guardas pura
en tu seno la fe de tus mayores?...
…tienes contra el golpe rudo
de la desgracia en ellas un escudo.
….
¡Oh vírgenes piadosas!.¡Vuestra vista
no apartéis de nosotros ni un instante!...
…¡Oh, sed vosotras en la triste vía
del mundo nuestro apoyo y nuestra guía!”. (2)

Así pues, “...a nosotros nos basta con presentar esta muestra del genio poético de un hombre enamorado de su pueblo y que contribuyó como pocos a la creación de un patrimonio cultural y religioso inigualable y que perdura a través de los siglos”.(3)

Novena a las Santas en Huéscar (ca 191_).   A. M. H.  

En el impreso de 1906, en su página 52, se recoge la descripción poética de “El Martirio” de las Santas como sigue:

“Apenas un siglo pasado se había
después que villano un conde vendiera
a España (que en ello la afrenta quisiera
que le hizo su torpe monarca vengar).
Apenas el moro su imperio nefando
de odiosa memoria ufano asentara
en tierra andaluza, hermosa y no avara
de cuanta riqueza se puede anhelar.
De Córdoba estaba sentado en el trono
Abderramen tercio, y a Huéscar regía
Zumahel el protervo, que a cargo tenía
la raza cristiana de hacer perecer.
Volvieron de nuevo los días de prueba
que mil y mil veces al Cielo a sus hijos
para acrisolarlos mandara prolijos
en penas, angustias y cruel parecer.
Entonces fue cuando en medio de la noche
de error y mentira oscura y terrible
dos bellos luceros con faz bonancible
allá en el oriente se vieron lucir.
De padre agareno y madre cristiana
dentro de los muros de Huéscar un día
la fiel Nunilona, la bella Alodía
se vieron gemelas al mundo venir.
Piadosa sus creencias su madre arraigara
en almas tan puras cual puro es el oro,
y huyendo la vista del pérfido moro
caminan de Cristo so el santo pendón.
Mas pronto a sus padres la muerte arrebata
de su hoz al golpe horrendo e impío,
y entrando en tutela de un monstruo, su tío,
su fe intacta guardan en el corazón.
Apenas el viejo sangriento percibe
las creencias que guardan sus castas sobrinas
retraerlas intenta sembrando de espinas
la senda gloriosa de su alta virtud.
Y ordena seduzca sus almas sencillas
a indigno Ministro de Dios, renegado
de la santa creencia del Crucificado,
de falsos sofismas con gran multitud.
Pero todo fue en vano. Verdad pura
en sus labios Dios puso, y rechazaron
del error negro la tiniebla oscura
con la luz rutilante que arrojaron.
Y Lucifer al Tártaro profundo
bajó gimiendo, porque presentía
que el cetro a disputarle iba del mundo
la fe de Nunilón y de Alodía.
Aquel tigre inhumano, su pariente,
viendo imposible ser el apartarlas
de la cristiana ley, marcha rugiente
de rabia ante Zumahel a delatarlas.
Entre una espesa turba de sayones
con firmeza inaudita se presentan
a su vista, y sus tiernos corazones
sin conmoverse, intrépidas contestan.
“¡Cristianas somos, sí!. ¿Llegas a creerte
que de crueldad tu lujo nos aterra,
o que la horrible idea de la muerte
quizá a nuestra constancia le hace guerra?.
¡No te lo pienses, no!. ¡Prontas estamos
nuestra vida a entregar: las sacras palmas
de mártires lograr solo anhelamos,
y que el Señor reciba nuestras almas!”.
Al oír contestación tan decidida,
respirando Zumahel odio y venganza,
a que pierdan condénalas su vida
a manos del verdugo sin tardanza….
¡Era un Viernes! aquel mismo día
en que Dios por el hombre muriera,
y entre turba sacrílega y fiera
al suplicio se van a encaminar.
No abatidas con triste semblante
van lanzando querellas al viento,
sino en blando suavísimo acento
con fervor se las oye cantar.
“¡Ensalzad al Señor sus criaturas!.
¡Alabadle en el Cielo y la tierra,
que en Él solo la fuente se encierra
de la dicha, ventura y solaz!.
¡Oh!... ¡Bendita, bendita su mano
que nos manda las pruebas crueles,
y ornará nuestra sien de laureles
en la eterna mansión de la paz!.
¡Y tú, Madre de Dios humanado,
Virgen pura, sostén nuestro aliento
en el trance terrible y violento
que hasta a tu hijo le diera pavor!.
¡Nuestras almas sostén y conforta
con la heroica firmeza que hubiste
cuando en duro madero le viste
padecer del mortal por amor!”.
Así cantaban sus esposas
y Cristo atento las oyó;
y de las pruebas peligrosas
su amor triunfantes las sacó.
Los encendidos querubes
sus cánticos escuchando
las fueron acompañando
con su voz desde las nubes;
y llegando muy en breve
al señalado lugar,
se vió al verdugo lanzar
el golpe con mano aleve.
¡Sus cabezas por el suelo
rodaron ensangrentadas!...
Sus almas fueron llevadas
por los Ángeles al Cielo!...
Más no saciado el monstruo
de prodigar horrores,
dos potros corredores
después manda llevar;
y de sus largas colas
ordena a sus parciales
los cuerpos virginales
sin compasión atar.
¡Los potros fogosos
la fusta sintiendo,
escapan corriendo
con velocidad;
y en giro diverso
arrastran briosos
los restos preciosos
sin causar piedad!.
Cuanto más corren
su furia crece,
pues les parece
que en pos de sí
camina siempre
la fusta ligera,
y es su carrera
ya frenesí.
Y conforme
van marchando,
van de sangre
salpicando
los senderos
que ligeros
pisado han.
Y de ropa
los retazos
y de carne
los pedazos,
cual corriendo
esparciendo
raudos van.
Y llegan
a un prado
de flores
sembrado,
en donde
se vienen
de nuevo
a reunir.
Dejando
su carga
tras marcha
tan larga,
que justas
tres leguas
miráronse
huir!.
¡Cielo,
tierra,
bosque
y mar,
dulces
cantos
se oyen
dar!...
…..
Después algunos fieles recogieron
sus cuerpos, y les dieron sepultura;
y los hijos de Huéscar las rindieron
culto y adoración con alma pura.
Un Templo a sus Patronas erigieron
al pie de Sierra Sagra, que en altura
se atreve a competir con la Nevada
a cuyo fértil pie se halla Granada”. (4)
::::::::::::::::::::::

Hoy, en el día en que procedemos  a despedirnos de nuestras Santas Patronas, para volverlas a llevar -en sentida, alegre y bulliciosa romería- a su ermita..., a su casa al pie de la sierra..., al pie de la Sagra, las recordamos con una plegaria también compuesta por Don Juan María Guerrero, titulada “Sois más bellas que la aurora” , y que dice así:

“Sois más bellas que la aurora,
más puras que el claro cielo,
dulce esperanza y consuelo
de este pueblo en la aflicción.

Vida sois de nuestra vida,
Alma sois de nuestras almas,
Pues de mártires las palmas
Aquí vuestra fe ganó”. (5)

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Como curiosidad.


Próximos a realizar la Romeria y traslado de las imágenes de las Santas a su ermita de la sierra, nos lleva a puntualizar, una “falsa tradición”, que muchos años deja un amargo regusto por las formas que, en algunos de nosotros, se alcanzan cuando se antepone la cerrazón a la devoción. Me refiero al acto conocido como “la entrega”.

En un informe elevado por el vicario de Huéscar y su arciprestazgo Don José Pío Abellán al Arzobispo de Toledo, de fecha 13 de mayo de 1854 -en cumplimiento a la orden comunicada por este último, fechada en Madrid el 25 de abril de 1854, donde se indica se ha de dar noticia de todas las cofradías y hermandades del distrito de la misma-; en dicho informe se dice:

“Santas Mártires.

Estas son las patronas milagrosas de esta ciudad. En 1547 era ermita, según consta de libros de visita. Está al pie de la Sagra, a tres leguas de esta ciudad. No hay de ellas hermandad. Fue erigida en parroquia rural por el Emmo. Sr. D. Francisco Antonio Lorenzana, Arzobispo de Toledo, en 1793. se les da culto con las limosnas del pueblo y labradores. Se traen en procesión las tres leguas, con cruz parroquial, ciriales, pendón y cetros todos los años, en necesidad de aguas para los panes. Se les hace su novenario, con misa cantada todos los días y asistencia del Ayuntamiento; y el día que se celebra la acción de gracias se unan las dos parroquias a la misa con Manifiesto, por concesión del Sr. Arzobispo D. Luis de Borbón, con muchas indulgencias concedidas, sermón y, a la tarde, procesión general por el pueblo; costeándolo todo la piedad de los fieles en abundancia, tanto para doce lámparas que arden desde  que se traen, y a veces hay aceite para un mes después de llevárselas; como también mucha cera. Y el día que se las llevan salen a las cuatro de la mañana, con el mismo orden que vinieron, hasta colocarlas en su parroquia”. (6)

Lo que nos indica que en esa fecha (1854) –por señalar una-, aún no se tenía noticia, ni se había “inventado” la costumbre -por cierto, relativamente muy reciente en el tiempo-, de “entregar” las imágenes de las Santas a los devotos de Puebla de Don Fadrique. Las Santas “regresaban a su parroquia”, a su hogar de todo el año, y, posteriormente, a media tarde, los poblenses llegaban a la ermita, y con profunda devoción, como mostraron los que las depositaron, recogían las imágenes y las trasladaban a Puebla, donde permanecían justamente hasta el día de San Juan Bautista (24 de junio). (7)


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Fuentes:

(1)     Calzadilla y Martín, Saturnino: “La sombra de Zoraya. Ensayos poéticos”. Granada: Librería de D. Paulino Ventura Sabatel, 1870. (Colección de Jesús Daniel Laguna Reche).
(2)     Pulido Castillo, Gonzalo: “Al Aire de la Sagra. Temas históricos y literarios oscenses”. Huéscar: s.n., 1995.
(3)     Guerrero de la Plaza, Juan María: “La Noche Triste y otros textos religiosos”. Edición a cargo de Gonzalo Pulido Castillo. Huéscar: Gonzalo Pulido Castillo, 2011. (Colección Barbata; 1).
(4)      Novena y Flores poéticas dedicadas a las Santas Vírgenes y Mártires Nunilón y Alodía, Patronas de la Ciudad de Huéscar y Villa de Puebla Don Fadrique que se veneran en la Iglesia Parroquial de su nombre al pie de la Sagra (Provincia de Granada)”. Edición corregida y aumentada bajo la dirección del Sr. Arcipreste y Cura Párroco de Santa María de dicha Ciudad de Huéscar Lic. D. Victoriano Vera Carrillo. Granada: Tip. Lit. Paulino Ventura Traveset, 1906.
(5)     Guerrero de la Plaza, Juan María: “La Noche Triste y otros textos religiosos”. Edición a cargo de Gonzalo Pulido Castillo. Huéscar: Gonzalo Pulido Castillo, 2011. (Colección Barbata; 1).
(6)     Pulido Castillo, Gonzalo: “Al Aire de la Sagra. Temas históricos y literarios oscenses”. Huéscar: s.n., 1995.
Archivo General Diocesano de Toledo, Archivo Municipal de Huéscar y Archivo Parroquial de Huéscar.

3 comentarios:

  1. Muy interesante. Y curioso lo de la "entrega"...
    Saludos.

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  2. Antonio me ha gustado mucho lo de la entrega, asi es como deberia de hacerse y dejarse ya de peleas por estas dos Santas Martires, que estoy seguro que no les gustaria que dos pueblos se pelearan por ellas.

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  3. Muy bien Antonio. Gracias por tu Alianza de "Civilizaciones" y poner pruebas, dia, lugar y hora de como tendría que ser esta romeria para las futuras generaciones.

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