viernes, 8 de julio de 2011

Arquitectura tradicional: Las grandes casas.

 Vista de Huéscar (ca. 1912)                  A.M.H.

Evolución urbana de Huéscar.

Si bien existen vestigios ibéricos y romanos en los alrededores, parece ser que la fundación como tal, data de la época árabe (s. XIV).

Su núcleo primero lo constituyó una fortaleza erigida como avanzada y defensa, localizándose en el llano, en el gran valle abierto por el río Barbata al píe de dos alineaciones montañosas (Sierra de la Encantada y Perico Ruiz); entre los dos manantiales importantes del término (Parpacén y Fuencaliente) y a la ribera del río Barbata, en medio de las tierras llanas y las únicas posiblemente regables por aquella época. Otro motivo más que condicionaría su emplazamiento, sería el encontrarse situada en la vía de comunicación que unía Levante con el Sur, el que con el paso de los años fue llamado Camino Real que iba de Granada a Valencia.

Una vez la antigua villa estuvo en poder de los cristianos (a partir del verano de 1488), los muros de la fortaleza se tuvieron que abrir y la ciudad amplió su recinto con calles rectas y amplias (s. XVI, XVII y XVIII, casi de trazado romano).

De mediados del siglo XIX se cuenta con la descripción de la ciudad por MADOZ: “Tenía cuatro plazas, tres cuadradas y una cuadrilonga y 41 calles estrechas e irregulares en la parte antigua y de bastante anchura y regularidad en la moderna. De las plazas las más importantes son la Mayor, donde se celebra el mercado y la de la Alhóndiga, destinada a la venta de comestibles”.

El comienzo del siglo XX se caracterizó por una etapa de anquilosamiento de la ciudad en cuanto a realizaciones urbanas.... Al terminar la guerra civil, durante la alcaldía de D. Manuel Rodríguez Penalva se emprendió la redacción del que sería el Proyecto General de Ordenación de la ciudad de Huéscar, realizado por la Dirección General de Arquitectura en 1948 y que en gran parte de su concepción original determinó la estructura actual de la población.

Así pues, a partir de aquí, cualquier momento es bueno para perderse por las calles más viejas de Huéscar y descubrir los pocos vestigios que van quedando de su arquitectura tradicional.

Dependiendo de la zona por la que nos movemos, en las casas hallamos características propias, de influencia islámica o castellana, en su sistema constructivo que, como es lógico, viene dado, sin duda, por la configuración topográfica y la división de sus parcelas.

Las más antiguas suelen ocupar parcelas alargadas entre medianerías. Las hay también muy regulares.

Entre las casas de mayor entidad o volumen se aprecia notablemente la influencia castellana en su construcción. Cuatro serían los elementos que configuran esas viviendas: el zaguán, el patio, la escalera y el huerto.

Los tres primeros elementos definen la organización y distribución de este tipo de casas y en ellos se suele volcar toda la carga arquitectónica, transformándose según las necesidades y los usos del momento. 

El “zaguán” o "portal” más antiguo es el de origen o influencia islámica, con la entrada en codo para que no se vea el patio desde la calle, y el más moderno, el de entrada directa. Suele aparecer ante nuestros ojos al traspasar el “barrón” o “mamperlán” de la puerta que da a la calle.

Es curioso o, mejor dicho, llamativo el cómo en numerosas ocasiones nuestros mayores aluden al zaguán llamándolo “jaráiz” –palabra de origen árabe- o “lagar” -que identifica al espacio o lugar donde se depositaba la uva para posteriormente ser pisada y cuyo jugo o mosto sería canalizado directamente, desde ahí, hacia su lugar de almacenamiento para la fermentación: la tinaja-. Circunstancia que se puede explicar por la cantidad de estas grandes casas que con unas bodegas colmadas de tinajas acogerían la producción vitivinícola local, Así sucedía con la ya desaparecida “casa Honda” (s. XVI), en la calle Alhóndiga.

Zaguán de la "Casa Honda" -hoy desaparecida-,
en la Calle Álhóndiga (ca. 1930).    A. P.

El “patio” es, el elemento más importante de estas casas, pues es el núcleo de distribución a las habitaciones de planta baja y a partir de la escalera a las distintas plantas a través de los conocidos como “corredores” o “galerías”.

El patio suele tener la mayoría de las veces una superficie mayor que la construida y en el se encuentran los elementos decorativos más importantes de la casa (columnas, zapatas, traviesas, ...). Como característica general, siempre es más amplio en la planta baja y menor en las plantas superiores, por los soportales o las galerías voladas.

Patio y escalera de la "Casa Honda" -hoy desaparecida-,
en la Calle Álhóndiga (ca. 1930).           A. P.

            La “escalera” es siempre un elemento relacionado con el patio y el portal. Las mejores escaleras son las que parten del patio, en un espacio, como si fuera una habitación más de la casa, sobre todo si son de las denominadas “rincón de claustro” o las de “ida y vuelta”.

             Por último, el "huerto" suele ser un terreno de corta extensión situado en la parte posterior de la casa, generalmente cercado de una pared o "tapia", en que se suelen plantar verduras, legumbres y árboles frutales que ayudarán a la economía doméstica de los moradores de estas casas. El agua para su riego se recibe a través del sistema de acequias y brazales que recorren todo el antiguo núcleo urbano.

Antiguo torreón y adarve, junto a un frondoso parral,
en el "huerto" de la "Casa Honda" (ca. 1930).    A.H.M.

            Claros y destacados ejemplos de estas casas las tenemos, hoy día, en la casa de los Maza (s. XVI), el convento de las MM Dominicas (s. XVI), la casa del Barón (s. XVI-XVII), la casa Parroquial (s.XVII – XVIII), la casa de los Peralta (s. XVIII-XIX), la casa de los Penalva (s. XX),… y otras que, modificadas, conservan oculta su estructura original.

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Fuentes:

       Reseña "Patios de Toledo: La casa Toledana". Toledo: Asociación Amigos de los Patios de Toledo; Empresa Municipal de la Vivienda; Ayuntamiento de Toledo, (2010).
     Archivo privado.
       Archivo Municipal de Huéscar.

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